Los mandatos de género, a la vez que nos enseñan cómo tenemos que comportarnos -qué debemos sentir, cómo hay que mirar, pensar, relacionarnos, comer...-, también nos indican una serie de obligaciones para moldear nuestro cuerpo. Estas obligaciones, que se instalan en nuestra forma de estar, moldean a su vez nuestra forma de sentirnos y nuestras emociones cotidianas.
Los mandatos externos - entre ellos el de género - sobre nuestros cuerpos y emociones acaban estableciendo cuáles son nuestros caminos personales.
Estas imposiciones limitan nuestra forma de experimentar la realidad y distorsionana nuestro propio poder personal.
¿Qué pasa si decidimos emprender el camino para examinar nuestro modo de ocupar el espacio, nuestras emociones, nuestros sentidos y la relación que hay entre ellos?
En este taller trabajaremos con esa posibilidad y nos daremos la oportunidad de abrir la ventana… ¡y que circule el aire!
Realizaremos un mapeo de nuestra forma de experimentarnos, de relacionarnos con el exterior desde lo corporal.
Reconoceremos las partes de nuestro cuerpo en las que se han ido depositando los recuerdos, les pondremos nombre, las integraremos para luego, si es preciso, ir sacudiéndolas poco a poco.
Entenderemos cuál es nuestra manera de entrar en contacto con las demás o de establecer límites, liberándonos de muchos condicionamientos y generando nuestras propias opciones.
Lo haremos para desmontar los muros que se han ido construyendo alrededor de nuestro camino, para volver a conectar con nuestra fuerza, con nuestros pasos, con nuestra seguridad.
¡Porque el cuerpo es un mapa de recuerdos y emociones y podemos aprender a dibujar nuestra propia cartografía!
Encontrarás más información en este documento: Presentacion_Empoderamiento_2016.pdf